Pavimentos vinílicos: instalación y mantenimiento

Haciendo un poco de historia hay que recordar que los pavimentos flexibles estaban de moda en los años setenta y ochenta, se solían llamar “sintasol”. Formaron parte de nuestra infancia pues los encontrábamos en la mayoría de los hogares de nuestros familiares y amigos. Y eran bastante populares, por ser de fácil instalación y realmente muy económicos.

Por el contrario, cayeron en desgracia los modelos que imitaron a las baldosas cerámicas o al parquet. Con el paso del tiempo, únicamente los veíamos en determinados locales comerciales. Sin tener que meterse en obras, era usual que se utilizaran para adecentar suelos de viviendas de paso, como en el caso de alquiler. Por suerte las cosas han cambiado, puesto que en materia de diseño estos eran algo indeseable para los ojos expertos.

Con una calidad de reproducción importante, hoy en día tenemos la oportunidad de hallar algunos bellos diseños en suelos continuos o flexibles, que imitan perfectamente a madera, piedras y baldosas cerámicas, y también (aunque no lo creamos) agua y césped…Dentro de los cuartos de los más pequeñitos existen algunos con divertidos motivos infantiles. Los materiales empleados pueden ser PVC (los más utilizados) o linóleo, que permite obtener suelos naturales y ecológicos.

En cuanto a la instalación de un suelo flexible, lo primero que se recomienda hacer es calcular la superficie para disponerse a cortar el material a medida. Para poder llevar a cabo esta tarea y para hacerla ligeramente más fácil, se precisará de una herramienta eléctrica de corte, o de un cúter debidamente afilado y resistente. Un consejo es que el pavimento tiene que estar sin defecto grande, nivelado y limpio.

Imagen: decorablog.com