Cómo combatir la humedad en la madera
La madera es uno de los materiales más utilizados en decoración, interiorismo y arquitectura, por sus amplias ventajas y beneficios a nivel decorativo y funcional. Sin embargo, nunca hay que olvidar que se trata de un material vivo, que experimenta constantemente cambios. Por ejemplo, al absorber humedad se hincha, y al expulsarla se contrae.
De esta manera, al colocar madera en interiores o exteriores debemos realizar el tratamiento correspondiente para poder mantenerla en condiciones a lo largo del tiempo. Es así que la exposición a la lluvia y a la humedad puede provocar un importante deterioro en la madera.
Con los mencionados tratamientos se logra mejorar el estado de conservación del material, previniendo a su vez la aparición de carcoma o la acción de los hongos, otros agentes capaces de deteriorar profundamente a la madera. Los tratamientos permiten que el vapor de agua se escape, evitando inconvenientes en la madera.
Los componentes fundamentales de la madera son la celulosa, la hemicelulosa y la lignina. Mientras la celulosa absorbe mucho agua, la lignina la expulsa en gran medida. Sin embargo, aún en ambientes muy secos la madera puede alcanzar una humedad relativa del 5%, más allá de haberse aplicado una película de barniz.
Es así que el objetivo principal de los diferentes tratamientos de protección, como aceites, lasuras, pinturas o barnices, es lograr cubrir la madera de manera homogénea y permitir el paso del vapor de agua, hacia el interior y el exterior del material. Esto es muy importante por una sencilla razón: cuando el vapor de agua procedente del interior no puede salir al exterior, la madera se mantiene constantemente húmeda y comienza a pudrirse.
De esta manera, al colocar madera en interiores o exteriores debemos realizar el tratamiento correspondiente para poder mantenerla en condiciones a lo largo del tiempo. Es así que la exposición a la lluvia y a la humedad puede provocar un importante deterioro en la madera.
Con los mencionados tratamientos se logra mejorar el estado de conservación del material, previniendo a su vez la aparición de carcoma o la acción de los hongos, otros agentes capaces de deteriorar profundamente a la madera. Los tratamientos permiten que el vapor de agua se escape, evitando inconvenientes en la madera.
Los componentes fundamentales de la madera son la celulosa, la hemicelulosa y la lignina. Mientras la celulosa absorbe mucho agua, la lignina la expulsa en gran medida. Sin embargo, aún en ambientes muy secos la madera puede alcanzar una humedad relativa del 5%, más allá de haberse aplicado una película de barniz.
Es así que el objetivo principal de los diferentes tratamientos de protección, como aceites, lasuras, pinturas o barnices, es lograr cubrir la madera de manera homogénea y permitir el paso del vapor de agua, hacia el interior y el exterior del material. Esto es muy importante por una sencilla razón: cuando el vapor de agua procedente del interior no puede salir al exterior, la madera se mantiene constantemente húmeda y comienza a pudrirse.
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