Invernaderos: naturaleza y decoración
Colocar un invernadero en el jardín o en algún ambiente interior del hogar puede ser sin dudas una excelente opción decorativa y, al mismo tiempo, nos brindará la posibilidad de contar con una imprescindible dosis de naturaleza, tan necesaria en estos tiempos de ambientes fríos y predominio de la tecnología.
Un invernadero se utiliza para proteger el proceso de crecimiento de las semillas y el cultivo de especies más débiles. Para su estructura es posible utilizar plástico, madera o aluminio. Las tres opciones son interesantes, aunque también depende del presupuesto, las condiciones climatológicas de la zona y las necesidades de luz de las plantas.
En el caso de la madera, se trata de un material natural y fácil de instalar, que se potencia lógicamente en su faceta decorativa. De acuerdo a los especialistas, las variedades más adecuadas para invernaderos son la teca, la secuoya y el cedro. Quizás una de las ventajas más importantes de la madera es su resistencia al tiempo y a los climas adversos.
Aún más resistente a las agresiones climatológicas es el aluminio, aunque quizás no tenga tantas potencialidades ornamentales como la madera. Además, es más oneroso y reacciona fuertemente a los cambios extremos de temperatura. Otra opción son las estructuras prefabricadas de plástico.
Los paneles transparentes son una alternativa a tener en cuenta, porque dejan pasar la luz y permiten un mejor crecimiento de las plantas. Mayormente se trata de estructuras en vidrio o plástico. El vidrio es más decorativo y también más oneroso, mientras que el plástico es una opción más económica, con variedades como los paneles de fibra plástica reforzada, de PVC o de polietileno.
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