El síndrome sardina...
No dejes que la escasez de metros merme tu creatividad. Estas claves te darán buenas ideas para salvar las limitaciones.
1.Rompe con la rutina: Juega acambiar tu espacio y nunca te cansarás de vivir en pocos metros.Sé creativo, cambia telas y colores según las estaciones y tu estado de ánimo, así estrenarás casa cuando te apetezca. Ahora en otoño, llénala objetos cálidos y acogedores, mantas, velas...
2.Busca tu propia esencia: Piensa en ti y en cómo quieres vivir. Ródeate de esas cosas tan tuyas y antes de colocarlas, analliza el espacio y las sensaciones que te despierta, para poder dar con ese frágil equilibrio entre: necesidad, deseo y pocos metros.
3.Alíate con el color: El color tiene fuerza interna, pero se transforma bajo la influencia de los elementos que lo rodean. Sé sutil e inventivo y utilízalo para dar ese toque especial a un espacio pequeño.
4.Aire más limpio: Usa pinturas ecológicas y materiales naturales, que no contaminen el aire (aun más). Coloca con esmero cada elemento, como por ejemplo, una preciosa orquídea blanca, que además de dar luminosidad a la estancia y aligerar el ambiente, saneará el aire.
5.Piensa diferente: Olvídate de normas y atrévete a pensar de forma distinta los espacios de tu casa. Si tienes pocos metros, aprende a ser versátil y convierte, por ejemplo, una zona abierta de comedor, en un despacho.
6.Crea tu pequeño jardín: Elige un rincón estratégico, bañado de luz y coloca unas plantas y cestas, recreando así un trocito de naturaleza. Aparte de dar frescor y energía te purificará el ambiente y ...te hará sentir bien.
¡Que levanten la mano todos los que padecen el síndrome sardina!
1.Rompe con la rutina: Juega acambiar tu espacio y nunca te cansarás de vivir en pocos metros.Sé creativo, cambia telas y colores según las estaciones y tu estado de ánimo, así estrenarás casa cuando te apetezca. Ahora en otoño, llénala objetos cálidos y acogedores, mantas, velas...
2.Busca tu propia esencia: Piensa en ti y en cómo quieres vivir. Ródeate de esas cosas tan tuyas y antes de colocarlas, analliza el espacio y las sensaciones que te despierta, para poder dar con ese frágil equilibrio entre: necesidad, deseo y pocos metros.
3.Alíate con el color: El color tiene fuerza interna, pero se transforma bajo la influencia de los elementos que lo rodean. Sé sutil e inventivo y utilízalo para dar ese toque especial a un espacio pequeño.
4.Aire más limpio: Usa pinturas ecológicas y materiales naturales, que no contaminen el aire (aun más). Coloca con esmero cada elemento, como por ejemplo, una preciosa orquídea blanca, que además de dar luminosidad a la estancia y aligerar el ambiente, saneará el aire.
5.Piensa diferente: Olvídate de normas y atrévete a pensar de forma distinta los espacios de tu casa. Si tienes pocos metros, aprende a ser versátil y convierte, por ejemplo, una zona abierta de comedor, en un despacho.
6.Crea tu pequeño jardín: Elige un rincón estratégico, bañado de luz y coloca unas plantas y cestas, recreando así un trocito de naturaleza. Aparte de dar frescor y energía te purificará el ambiente y ...te hará sentir bien.
¡Que levanten la mano todos los que padecen el síndrome sardina!
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